sábado, 22 de diciembre de 2012

Orígenes de la Documentación como Disciplina Científica



La incorporación de un número cada vez mayor de personas a las tareas de investigación, la publicación de muchos trabajos sin ningún interés, exceptuando los de cierto prestigio, así como la creciente interdisciplinariedad entre las ciencias son algunas de las razones que han provocado el protagonismo que en el presente sustenta esta disciplina. La saturación de la información es, por otra parte, un fenómeno característico en todos los ámbitos de la sociedad actual, y está alcanzando una dimensión hasta hace poco tiempo inimaginable a consecuencia de la irrupción de las Nuevas Tecnologías el proceso de recogida, almacenamiento y difusión de la información.

Comencemos por un repaso histórico a los principios científicos de validez general sobre los que se asienta la llamada Ciencia de la Documentación. No podemos obviar al hablar de los orígenes el concepto de ciencia y de la doctrina fundadora de Paul Otlet recogida en el Tratado de Documentación del año 1934. Dicho concepto produjo un diferente numero variable de diferentes teorías que se desarrollaron en distintos ámbitos científicos. Estas teorías se agrupan básicamente en tres niveles:

  • Las que estudian la Documentación desde una perspectiva puramente biblioteconómica: Agrupa todas las doctrinas que contribuyen a la explicación del concepto de Ciencia de la Documentación desde una postura clara de subordinación a la Biblioteconomía, y entre sus representantes figuran autores como Bradford o Shera, para quienes la Documentación no es otra cosa que un aspecto de un arte mayor que es la Biblioteconomía, porque se ocupa de la información registrada no en libros sino en artículos de revistas, folletos y otros documentos semejantes, y porque proporciona al bibliotecario nuevas herramientas y métodos que mejoran su valor social.
  • Las que la contemplan desde una perspectiva documental: Cabe mencionar a Ditmas, Coblans, Verhoef o Pietsch, entre otros – que colocan a la Documentación en una situación de claro paralelismo respecto a la Biblioteconomía; o aquellos otros que la sitúan en un nivel de superposición y para quienes el bibliotecario no es más que un caso particular de documentalista.
  • Y las que dan a la Documentación una perspectiva informativa: Esta perspectiva engloba las escuelas anglosajona, alemana y rusa, basa el proceso documental en la estructura del proceso informativo y lo considera una variedad de éste: el sujeto emisor es el documentalista; el sujeto receptor, el investigador o usuario en general y el mensaje, el documento. Según la primera de las escuelas citadas, la Documentación forma parte de una ciencia de carácter más general denominada Information Science, que investiga las propiedades y el comportamiento de la información. Bajo este punto de vista, la Documentación sería la ciencia que se encarga del estudio de las propiedades y el comportamiento de la información documental. Ligado al concepto de Information Science, los norteamericanos empiezan a manejar otros términos como ”mercado de la información” y ”economía de la información” y, a raíz del empleo de estos nuevos términos surge a mediados de los años ochenta una ciencia relacionada con la Documentación, que es la Information Management, cuyo objetivo es la gestión de la información y documentación en las organizaciones. Sin embargo, la Europa continental se encuentra lejos del interés manifestado en el mundo anglosajón por la influencia que las innovaciones técnicas y electrónicas ejercen sobre esta disciplina, y en el continente predomina, en general, la carga conceptual y terminológica de la Documentación que desarrollan las escuelas alemana y rusa. Para la óptica alemana el concepto clave es Ciencia de la Información y Documentación, en la que el término Documentación hace referencia al proceso de extracción de la información contenida en los documentos, y el término Información, a las funciones más estrictamente informativas de almacenamiento, recuperación y transmisión. La escuela rusa, por su parte, acuna el término Informatika que – aunque en otros países se aplica casi exclusivamente a la utilización de los ordenadores – aquí se emplea para definir la disciplina científica que estudia la estructura y las propiedades generales de la información científica. Más ade- lante, esta ciencia incluirá entre sus objetos de estudio, la creación de sistemas de información y la coadyuvación de las Nuevas Tecnologías.


En España sin embargo se reagrupan en tres corrientes principales:

  • La que concibe la Documentación como una ciencia independiente de la Biblioteconomía, y a cuya cabeza se encuentra Javier Lasso de la Vega
  • La corriente biblioteconómica tradicional, representada por la Escuela de Documentalistas de Barcelona
  • La que contempla la Documentación desde el punto de vista archivístico, cuyos defensores más destacados son Sánchez Belda y Pescador del Hoyo.


Además existe el problema terminológico que la Ciencia de la Documentación ha sufrido en nuestro país a causa del crecimiento desordenado de la disciplina y la ausencia de consolidación. A diferencia de Gran Bretaña o Estados Unidos donde sólo existe un término para esta disciplina, en España han aparecido multiplicidad de denominaciones, que se caracterizan por su uso simultáneo y porque apenas contienen diferencias conceptuales entre ellas. Documentación e Información y Documentación científica son las dos denominaciones que más se emplean.

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